Hay una serie de temas que son muy familiares a las personas que practican meditación budista: La “atención plena en la respiración” que trata de focalizar la atención en el ritmo de la respiración; “la meditación caminando”, que se centra en la sensación de los pasos al caminar arriba y abajo por un sendero, y la repetición interior de un mantra, como por ejemplo “Buddho”. Todos estos métodos están pensados para ayudar a fijar la atención en la presencia de cada momento, en la realidad presente. Junto a todos estos bien conocidos métodos de meditar, hay muchos otros que pueden servirnos para cumplir una función similar. Uno de ellos es conocido como la “escucha interior” o “meditación sobre el sonido interior”, Nada Yoga en sánscrito. Estos términos hacen referencia a lo que ha sido llamado “el sonido del silencio” o “el sonido Nada”.
El sonido Nada es un agudo timbre interno. Cuando prestas atención a la escucha, si lo haces cuidadosamente hacia los sonidos a tu alrededor, percibirás un sonido agudo continuo similar a un “ruido blanco” (es un sonido similar al que emite un televisor cuando pierde la señal de los canales y la pantalla se queda con el conocido “efecto nieve”), un sonido sin principio ni final que centellea ahí en el fondo.